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El complejo de la buena madre 2° parte


Gracias al reconocimiento del aprendizaje realizado gracias a mi espejo mayor, mi hijo Martín, he podido hacer estas reflexiones acerca de la buena y la mala madre. Aprendiendo con Martín se volvió un "aprendiendo de mi misma". Más que seguir buscando recursos pedagógicos, he empezado a comprender que la mejor pedagogía es el ejemplo que doy en mi relación conmigo misma. En este Blog Doula Soy Mujer, sintetizo el recorrido que estoy haciendo en la búsqueda por encontrarme y re-conocerme, ayudando a otras mujeres a hacer lo mismo, a entender que solo yo puedo cambiar mi realidad en la medida que cambio la percepción de las cosas. Después de haber escrito la entrada anterior sobre mis sentires y complejos de mala madre y buena madre, me encuentro con una conferencia que dan Enric Corbera y Montse sobre la importancia de ser madre. Desde la investigación de la bioneuroemocion, la madre es la primera transmisora de información. La manera como nosotras fuimos concebidas y como concebimos a nuestros hijos, la manera como nosotras procesamos esa información, es la impronta que dejamos primeramente en ellos. No son las situaciones de la vida las que nos definen, sino la manera como las vivimos y las afrontamos las que nos definen emocionalmente. La tarea de la maternidad es una tarea que ha sido subestimada y sobrevalorada a través de la historia. De ahí que nos movemos entre la "buena madre" y la "mala madre", entre la madre sobreprotectora y la madre que abandona, ambas igual de tóxicas. La conferencia nos permite identificar comportamientos tóxicos, heredados de generaciones pasadas, o transmitidos directamente de nuestra madre, que repetimos como un bucle sin fin con nuestros hijos, con nuestros compañeros de trabajo, con los empleados, con los proyectos, con todas nuestras relaciones. Los hijos agresivos, los que se quedan cuidando a mamá, los que asumieron el papel de papá, los que fueron concebidos sin amor, los que no fueron deseados pero si queridos, los que fueron deseados y no queridos, los que reciben el cariño de una madre que no quiere a su compañero, en fin. Identificarnos, vernos en los espejos de los demás, abrazar el hecho de que no somos perfectas, somos seres humanos y somos tóxicas también, es el primer paso para limpiar el camino de ellos. Limpiando nuestro desorden les ayudamos a limpiar el de nuestros hijos. La culpa, el ocultar lo que sentimos en algún momento, sólo nos vuelve más tóxicas para nosotras mismas y los demás. Omitir detalles o dejar de hablar de algo para evitar el sufrimiento, solo crea relaciones inestables, y en el caso de los hijos, seres dependientes. Les dejo el link para que lo vean!

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